Thursday 28 August 2008

Dorita Alonso de Riego del Camino

Dorita Alonso de Riego del Camino

Ayer por la tarde, cuando llegue a Granja de Moreruela, y aunque el pueblo me parecía acogedor, decidí seguir caminando para estar seguro de llegar a Zamora hoy.

Salí de Granja sobre las 8.15, y como hay 6,5 km hasta Riego del Camino calculé llegar a ese próximo pueblo sobre las 9.30, acompañado con los últimos rayos de luz. Pero, me costó un pelín más de lo esperado encontrar el camino para salir de Granja, luego encontré con otro peregrino, Enrique de Barcelona, y, finalmente, a mi derecha había una puesta de sol espectacular y quedaba mirandala y sacando fotos más de lo debido. Era de estas puestas de sol de la meseta, el cielo tan enorme, estampado de nubes altos, que cogen y reflejan los colores intensos del sol que caye en su propio fuego por el horizonte oeste.

Menos mal que ya usemos tarjetas digitales de cientos de fotos a la vez, en lugar de cintas de 24 o 36 (y todo sin saber que has sacado realmente cuando tomas la foto; si valdrá un premio o, en cambio, tienes una imagen de tu propio dedo desde media pulgada)

En fin, después de todo eso, se acabó la luz y el servidor estaba aún en la mitad del campo, con las luces de los coches en el N-630 como estrellas fugaces en la noche.

No obstante, allí en el horizonte, por donde venía la carretera, se distinguía el centelleo de unas luces. Poco a poco las acerque, esperando con todo mi alma que iba a ser el pueblo, hasta que las sombras al alrededor ellas se resolvieron en edificios. Había llegado.

Nada más entrar y me encontré con una familia.  Les pregunté por el albergue, y los padres me explicaron donde quedaba y les mandaron a los hijos seguir el camino conmigo. Ellos me entretenían en el camino, sobre todo con la noticia que había Ingléses de vacación en el pueblo, cuando lo más normal es que tiran por las costas y no por aquí en la profundidad de la provincia de Zamora.
  
El albergue estaba cerrado, pero los niños me llevaban a la casa de Dorita, quien está encargada de ello.  No sé que hora habrá estado, pero diría después de las 22.00. No obstante Dorita me cogió, me llevaba al albergue, organizó todo, y se interesaba por el proyecto y por el tema del kilt (parece que soy el primer escocés que ha quedado en Riego  del Camino mientras que Dorita llevara el albergue.)

Después de charlar un rato sobre el pueblo, la Vía de la Plata, los peregrinos y demás temas, me dejó, pero justo antes de irse le pregunté donde podía desayunar por la mañana.

Sin más me invitó a su casa, que seríá encantada ponerme el desayuno, y que "no" nunca iba a ser una respuesta adecueda.

Así que está mañana desayuné en su casa.  No hace falta decir que estaba muy bien, y si no fuera demasiado ya me dió peras y tomates de su huerta por la ruta. He comido bien hoy.

Después, como ella tenía que ir a la huerta que está en el camino al sur, me acompañó para estar segura de que cogiera la dirección correcta. Mientras que andabamos me relataba historias de Riego de Camino y de su padre (quien fue andando a Zamora cada vez que había ferias por allí, pero no sólo esto, que fue con el ganado para venderlo, y regresó en el mismo día, que pone a relieve mi empresa, yendo sólo a Zamora en un día, y con el último en tecnología del caminante.)

Ya llegado a su huerta Dorita se quedó, y nos despedimos. Claro que mi, "Muchas gracias por todo" llegó desde muy dentro.

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