El bar, Boveda 47, está en manos de la familia Gato, y María, la hermana encargada hoy (más maja!), después de escuchar del proyecto, no sólo me cobró menos de lo que era, pero también organizó que su hermano me llevó al hostal del pueblo (no os preocupeis, el viaje no quedaba en la ruta así que no hay trampas!) como siempre las ganas de los Españoles para ayudar y asistir son impresionantes.
Ahora a atender a los pobres pies, buenas noches a todos.
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